El 11 de marzo de este
año anticipábamos en una de estas entradas que la causa contra Boudou por el
caso de corrupción de Ciccone no prosperaría. Y no es, de ninguna manera, que
quien escribe pertenezca a alguna secta de iluminados (hay demasiadas en Argentina),
ni que tenga información privilegiada por rozarse con altos funcionarios (vean
como el allanamiento a su departamento de Puerto Madero fue ignorado por el
mismísimo vicepresidente hasta que ocurrió), que esté cobijado por los poderes
extraordinarios de Magneto (objeto permanente de los ataques de Victor Hugo
Morales), ni mucho menos que posea poderes extrasensoriales que le permitan ver
el futuro (desgraciadamente ya hemos tenido brujos en nuestra Historia). Para interpretar a la Argentina basta con estar alejado de los factores
de poder, tener una inteligencia mínima, no ser propenso a los fanatismos, y
estar atento a la realidad. Esas condiciones permiten interpretar la burda
secuencia de la rutina nacional y prever con facilidad los acontecimientos. El
caso Ciccone-Boudou, que estará confuso para la Justicia pero que resulta
absolutamente claro para el común de la gente, será enterrado y olvidado. Quedó
tapado por el rimbombante anuncio de la nacionalización patriótica de YPF, el
desplazamiento del juez Rafecas que tuvo el atrevimiento de avanzar en la
causa, y seguirá con la desafectación del fiscal Rímolo, que quedará marcado hasta
el último día que Kirchner tenga un atisbo de poder. Los actores principales,
los cómplices y los testaferros responsables del caso Boudou-Ciccone seguirán
en sus puestos, habrán cobrado (y lo seguirán haciendo) sus comisiones, y
ostentando sus puestos oficiales, haciendo caso omiso de las críticas de la
gente que se atreva a denunciarlos amparados por toda la estructura de un
gobierno dedicado a hacer negocios personales y a enriquecerse frente a las
narices de los ciudadanos mientras compra voluntades de políticos, gobernantes,
jueces y periodistas según práctica que parece no corregirse a pesar de las
lecciones de la Historia.
Blog de actualidad sobre temas políticos y sociales que toman como referencia a su país de origen: República Argentina.
jueves, 26 de abril de 2012
lunes, 23 de abril de 2012
Lacra.
"Se que me van a dar con un caño, pero no es la primera vez.Voy a ir al recinto y voy a apoyar la estatización de YPF".
Carlos Saúl Menem, privatizador de YPF en 1992, en un reportaje de Crónica del 20 de abril de 2012.
jueves, 19 de abril de 2012
Oposiciones estériles y revoluciones retrasadas.
En la calle se sabe que
las tropelías kirchneristas van de la mano de una oposición estéril, que navega
en aguas agitadas en una larga noche oscura. Y la gente siente indignación por
la falta de una alternativa en la que apoyarse para enfrentar tanto dislate.
Pero si faltaba algo después de la aplastante y peligrosa victoria de cristina
Kirchner en las últimas presidenciales vaya ahora la experiencia del Senado
argentino con el proyecto de expropiación de Repsol que marcha velozmente hacia
su reglamentación. El espejismo kirchnerista de presentar a la Nación toda la
falsa disyuntiva agitada por Pichetto y por Aníbal Fernández de “liberación o
dependencia”, vieja trampa del Perón de los setenta, fue tragada una vez más
por una oposición inservible que deja nuevamente en manos de mentirosos y
corruptos la conducción de una de las herramientas básicas de un Estado cual es
el dominio de la política energética. En el Senado de la Nación Argentina, 33
son los votos kirchneristas a favor del proyecto de la Presidenta, a los que se
les suman 9 de los aliados y otros 3 agregados, pero también 4 del Frente
Amplio Progresista (FAP) y 16 de la UCR, estos dos últimos supuestos opositores
que pretendían canalizar las voluntades de los no kirchneristas. Sagaz fue la
apreciación de quienes desconfiaron de sus propuestas como para no entregarles
la responsabilidad de la conducción del Estado, pero peligrosa la consecuencia
de que una banda de forajidos lleve adelante, sin frenos, una política de
desaciertos y división de consecuencias insospechadas en el futuro. ¿Cómo
hacerles ver a los “opositores complacientes” que aquí no se trata de ser o no
ser patriotas por acompañar o no la idea de qué es más conveniente tener la
propiedad de una empresa que fue rifada pocos años antes por los mismos que hoy
pretenden salvarla de las garras de los capitales extranjeros? Que simplemente
se trata de apoyar o no una maniobra política adoptada extemporáneamente en la
soledad del poder absoluto por quienes han sido cómplices del vaciamiento de la
empresa y que no tienen autoridad moral, dados sus antecedentes, de conducir un
proceso de transformación que está contaminado con las sospechas de negociados
ocultos a los que son tan propensos sus protagonistas. Basta con subrayar una
vez más que detrás de los anuncios rimbombantes del gobierno están los consejos
de Roberto Dromi, artífice actual de las estatizaciones en marcha, pero liberal
privatizador durante los noventa, responsable directo del quiebre económico y
moral del país junto a Ménem y Cavallo.
No se trata entonces, como decía el
impetuoso joven Kicillof de quejarse porque la Revolución de Mayo fue hecha en
1810 y no en 1805, primero porque esta no es una revolución liberadora, aunque
la mayoría de la oposición haya comprado el caramelo, y segundo, porque la junta
de gobierno de estos días está formada por los mismos actores indeseables de ayer y no por
patriotas en búsqueda de una nueva identidad nacional.
martes, 17 de abril de 2012
La malvinización de los ideales.
Muchas son las
cualidades negativas que caracterizan al gobierno argentino actual,
personificado estrechamente en la figura de la Presidenta. Una de ellas es la
testadurez. Serio defecto para un político, que teóricamente debiera ver la
realidad en la que se desenvuelve, y más a aún para la Presidenta de un país,
cargo que supone el sentido de la responsabilidad por sus actos y la serenidad
en la adopción de sus decisiones. Nadie con sentido común puede dejar de
imaginar que el concepto de expropiación en estos días no debe sonarle bien a
integrantes del Grupo de los Veinte, ni a los representantes de los gobiernos
de América que asistieron a la reciente reunión en Cartagenas de Indias. Nadie
tampoco puede ignorar que el proyecto de expropiación de Repsol-YPF
en el que venía trabajando el gobierno argentino durante las últimas semanas fuera conocido en alguna de sus versiones por más de un mandatario y o funcionario influyente de otros
países, y que la Presidenta Kirchner haya recibido opiniones desfavorables
sobre su puesta en vigencia. No obstante, el gobierno
argentino, en otra de sus actuaciones memorables, salió ayer, con bombos y
platillos a romper públicamente el contrato de privatización de YPF firmado por
el Presidente Menem en los noventa y empujado y festejado por los Kirchner
quienes supieron guardar bien guardados fuera del país los dividendos obtenidos. Especialista en los golpes de efecto, como buena actriz de una compañía
dedicada a los espectáculos masivos, la Presidenta hizo un pormenorizado
análisis del deterioro de Repsol-YPF desde el inicio de su sociedad, mostrando
números de deterioro vergonzoso que terminó con la pérdida del 50% del gas del
subsuelo y el 25% del petróleo argentinos, la obsolencia de la refinerías
existentes en el país, y la creciente importación de gas y gasoil a precios que
superan el superávit comercial del país. Lo curioso es que la Presidenta
criticaba una política de vaciamiento de una empresa que era pasible de control
del Estado argentino que se había desentendido de su función por espacio de los
nueve años que lleva la conducción de los Kirchner. Pero acentúa el patetismo
de la presentación, que se nombrara como interventor de la empresa nada menos que
al ministro de Planificación Julio De Vido, responsable principal de la política
energética del país, en la que ha demostrado una completa ineficiencia. Su
segundo en la Comisión Interventora y viceministro de Economía es el joven Axel Kicillof, de La Cámpora,
que en el día de hoy, en el Senado de la Nación, en mangas de camisa y con la
actitud belicosa y exaltada de un representante de un centro de estudiantes, se despachó con diatribas dirigidas al grupo español desplazado, en su visión interesada único responsable de la debacle de
la empresa, y a los tímidos críticos del proyecto que por ahí han asomado, según el más puro estilo K de soberbia y descalificación.
Nadie puede entender aún los motivos que
pretenden justificar tan grave medida a pesar de las dificultades de caja del
gobierno, del brete judicial en que está metido por mérito de su vicepresidente,
de la inflación creciente que parece no tener techo, de los reclamos sindicales
no satisfechos, del divorcio con las otras fuerzas políticas y con la mitad de
la ciudadanía, del enfrentamiento mortal con la prensa no
adicta, de la pérdida de credibilidad de la prensa complaciente. Es imposible
no temer las represalias económicas y políticas de la Comunidad Europea por
esta acción, las deudas potenciales por los juicios, y las descalificaciones internacionales
para futuros préstamos o alianzas estratégicas, las consecuencias del repliegue
de la Argentina en nombre de una soberanía abstracta que ayer sintonizaba con Malvinas
en un duelo casi personal con Cameron, y hoy con España en un toreo a muerte con Rajoy. Pero
lo más preocupante es de dónde va Argentina a sacar dinero para las inversiones
que se reclaman para la exploración y la extracción, para la modernización de
las plantas de refinación, y para la inevitable importación de hidrocarburos hasta que la empresa llegue al tan ansiado y lejano autoabastecimiento. Y en el caso supuesto que esos capitales aparezcan, ¿con qué se cubrirán las pérdidas diarias de Aerolíneas Argentinas?, ¿y la inversión en los trenes que se estrellan en las estaciones por falta de
mantenimiento?, ¿y los agujeros presupuestarios de la Salud Pública que hoy permite que se dé por muertos a recién
nacidos sanos?.
Pareciera que el gobierno siempre tiene a
mano algún tema aglutinante y distractor que ocupe la tapa de los diarios, el
espacio de las radios y los noticieros de la televisión, en un despliegue
enloquecedor que divide cada día más a la ciudadanía entre partidarios
progresistas y gorilas enemigos de la Patria. Que elige cuestiones que tocan
las fibras más sensibles del sentido patriótico de la gente y desempolva las
convicciones de la juventud idealista, como las de Fernando "Pino"Solanas, peronista
de izquierda, permanente crítico del gobierno que ayer salió a apoyarlo por la
medida “patriótica” por fin adoptada .
Ayer, al ver estupefacto a la Presidenta
presentando alegremente su proyecto, recordé la ocupación de las Malvinas por
los militares hasta entonces desacreditados por sus desaciertos, y la Plaza de
Mayo que se llenó con un pueblo que de la noche a la mañana salió a apoyarlos en una gesta inspirada en ideales de liberación aprendidos desde el jardín de infantes.
Y pensé que es inmoral apelar irresponsablemente a causas tan caras para el
sentimiento de la gente con el único fin conservar los privilegios en las alturas del poder.
domingo, 15 de abril de 2012
De improvisados y líderes regionales.
Un sueño constante de
Argentina, desde fines del siglo diecinueve, cuando parecía que esa posición
era acertada, era el de ser líder
regional. La Historia argentina está llena de ejemplos de improvisaciones y
desaciertos, pero mayores que los esperables en el devenir de la vida con sus múltiples
personajes y sus cambiantes circunstancias. Seguramente, miles de
interpretaciones llenas de ingenio y de sabiduría, y algunas otras de cinismo y
cretinismo, pretenden cambiar el sentido de los hechos acontecidos aunque en
general, estos suelen expresarse por sí solos sin necesidad de los iluminados
de siempre que pretenden explicarlos. Fueron improvisados todos los militares
que durante el siglo veinte, para no ser tediosos en el análisis previo de la
Historia, produjeron golpes de estado. Fueron improvisados los terratenientes
que confiaron en que la producción del campo era ilimitada y no requería más
que tiempo para que las vacas engordaran. Eran improvisados una pléyade de
presidentes constitucionales argentinos entre los que se destaca Fernando de la
Rúa, cuando fueron elegidos como candidatos por sus partidos o sus alianzas
circunstanciales, a excepción de escasas figuras como la de Arturo Frondizi que
reunía todas las cualidades de un estadista con mayúsculas con formación,
postura y visión excepcionales. Fue improvisado Perón, rodeado de fascistas y
ladrones, estimulando a la juventud de izquierda con mensajes de Mao, y dejando
los destinos del país, antes de morir, en manos de una mujer inepta e inestable
y de un ministro sanguinario. Fue improvisado el sindicalismo argentino, en la
recuperación de la democracia, al sabotear el gobierno de Raúl Alfonsín con
once paros generales. Fue improvisado Alfonsín en pactar con los militares en
memorables pascuas para luego ceder en las ignominiosas leyes de la obediencia
debida y del punto final. Fue improvisado Menem al rifar el país al mejor postor
y al dar el ejemplo que la impunidad era válida en un estado democrático,
arrastrando a una pléyade de delincuentes de guante blanco a seguir sus pasos
con alevosía. Fueron improvisados los Kirchner cuando, entre otras cosas, apoyaron
la privatización de YPF durante el gobierno de Menem, tomaron con beneplácito
la parte del tesoro que resultó de la operación, y lo giraron al exterior para
resguardarlos de los riesgos de la debacle que se aproximaba en el 2001 y de la
que algún dato revelador de seguro tenían como para ser precavidos. Fue
improvisado Duhalde al confiarle el gobierno a quienes serían sus mortales y
definitivos enemigos. Fue improvisado Néstor Kirchner cuando pateó el tablero
del campo que le llenaría los bolsillos con las utilidades de un yuyo llamado
soja y lo salvaría en los años por venir de los angustiantes faltantes de caja.
Fue improvisada Cristina Kirchner cuando se rodeó de los imberbes de “La
Cámpora”, encabezados por su enigmático hijo Máximo, quienes suelen asesorarla
en temas de política y economía de alto vuelo para hacerla quedar como el hazmerreír
de un mundo que no se traga fragmentos chamuscados de textos de una izquierda
básica de pregrado ni de nacionalismo burdo del siglo diecinueve.
Como ha dicho uno de los ideólogos
clarividentes del peronismo, Pacho O′Donnell, producto de la etapa del peronismo
de izquierda de los setenta enmarcado por la errada concepción de la lucha
armada contra la sinarquía internacional y la burocracia sindical, en los
noventa todos los peronistas se abroquelaron detrás del proyecto privatizador
de Menem, incluyendo a O′Donnell, claro, que admiraba la inteligencia de tal
presidente, y a Néstor Kirchner, que lo había calificado como el mejor
presidente después de Perón. Menem arrasó a YPF con la aprobación del congreso
nacional, y fue el artífice del proyecto Roberto Dromi, el mismo que en estos
días trabaja ayudando al Gobierno en proyectos de reestatización. La beneficiaria
de la petrolera fue Repsol de España, quien compró el 57% del paquete
accionario en los noventa. En el Directorio quedó una representación del Estado
con voz y voto con capacidad de controlar la liquidación de las utilidades de
la empresa por los accionistas y las inversiones para asegurar la marcha de la
misma, no mostrando particular interés en estas últimas en once años. Poco
antes de morir, el presidente Kirchner facilitó al grupo Eskenazi, ajeno al
negocio de los hidrocarburos, la participación en un 25% del paquete sin el
requerimiento de ningún pago inmediato sino a cuenta según futuras utilidades.
Desde fines del año pasado y con progresivo ímpetu durante el corriente, el
Gobierno desató una tormenta de acusaciones contra Eskenazi y la empresa
española, haciéndolos únicos responsables del vaciamiento de la empresa que
abastece el 50% de la producción petrolera de España y gran parte de la
argentina. La consecuencia fue la baja en la bolsa de las acciones de Repsol
YPF en clara maniobra de depreciación para una futura adquisición ventajosa. Así,
en la última semana, surgió con fuerza la versión de que ya estaba preparado el
proyecto de nacionalización de YPF con la adquisición por parte del Estado de
más del 50% de las acciones, proyecto que sería dado a conocer el jueves pasado
por la Presidenta en persona en una de sus actuaciones pseudopúblicas con su
clac. El proyecto pormenorizado había sido hecho público por el diputado del GEN Gerardo Milman, a cuyas manos había llegado por un alto funcionario del
gobierno. Sin embargo, la Presidenta se abstuvo de hablar media palabra
siquiera del documento, y al día siguiente, en varios programas oficialistas de
informaciones se estaba diciendo que, nuevamente, el poder mediático había
inventado una novela para perjudicar al Gobierno. Lo cierto, es que la
Presidenta había sido citada, el mismo jueves, a una reunión a solas con el
presidente Obama en Cartagena de Indias, después de haber recibido quejas de
inversores estadounidenses tenedores de acciones de Repsol YPF, y una grave
acusación de España y la Comunidad Europea contra Argentina, quien no sólo se
conformaría con aplicar medidas imprevisibles y caprichosas que regulan sus
importaciones de manera caótica, sino tiraría por la borda acuerdos
internacionales con países poderosos con los que tiene compromisos ineludibles
y operaciones comerciales pendientes.
Axel Kicillof, viceministro de Economía y
militante de “La Cámpora” fue el propulsor del proyecto, que incluía una
presión para que Repsol desinvirtiera en todos los lugares del mundo para
trasladar sus recursos a la Argentina, según un reclamo que pretendía la
devolución de todas las ganancias de la empresa de los últimos años. La
Presidenta, alertada incluso por el poderoso y tosco Moreno quien vio el proyecto
como inconveniente, volvió sobre sus pasos mientras todos los diarios españoles
la sometían al escarnio.
En las tapas de los diarios de hoy aparece la
Presidenta junto a Obama, quien parece consolarla mientras toca sus manos,
después de advertirle: “Bueno, ahora Cristinita, a no hacer más travesuras. Sé
que no fue intención tuya molestar a mis muchachos que tiene en juego 4000
millones de dólares invertidos en Repsol YPF, ni a los gallegos que consideran
que YPF es la perla de su tesoro. Sabes que ellos tiene mal carácter pero
además son amigos de los otros europeos que, estoy de acuerdo contigo, son muy
odiosos, pero están un poco enojados con el bruto ese de Moreno que tienes allá
en la puerta de la aduana y no deja entrar una de sus mercaderías. Al respecto
deberías ir pensando que hacer con ese muchacho. ¡Ah!, y con ese otro
jovencito, ¿cómo se llama?, ¡ah sí!, Kicillof, que parece tiene mucha
imaginación y ha leído muchas historietas”, decía Obama mientras guiñaba un ojo
a Dilma Rousseff, que sentada en la mesa de enfrente, no podía olvidar las
palabras que el presidente
norteamericano había emitido un rato antes en una mesa de trabajo: “Brasil está
en condiciones de ser un gran líder regional”.
miércoles, 11 de abril de 2012
Mafia
La bochornosa causa por
corrupción del vicepresidente Boudou, que en un país más o menos normal debiera
concluir prestamente con su renuncia, se está convirtiendo en uno más de los
ovillos que suele preparar el gobierno de la presidenta Kirchner con el único
objeto de mostrar incólume su poder, siempre amenazado según la óptica oficial,
por oscuros intereses de corporaciones mediáticas a las que se agregan recientemente
otras judiciales, en una especie de cruzada donde un gobierno puro, inocente y
bondadoso, único en la Historia por su acción liberadora y justiciera, es
atacado día y noche por las fuerzas del mal que poseen enormes influencias e
intereses irrenunciables. La causa aludida, conducida por el fiscal Rímolo y el
juez Rafecas ha avanzado lo suficiente como para allanar un departamento de
Puerto Madero, de propiedad de Boudou, donde se halló documentación que
probaría la vinculación del vicepresidente con el beneficiario de la ex Ciccone
Calcográfica, ayudada por la AFIP y en forma inédita por el ministro de Economía
de entonces (Amado Boudou) para el levantamiento de una quiebra y el
otorgamiento de la empresa al monotributista Vanderbroele acusado en los medios
por su esposa de ser testaferro de Boudou. El allanamiento fue tomado por
sorpresa incluso por el mismísimo vicepresidente que no pudo poner en juego su
maquinaria de influencias para frenarla, y entonces la ira de la Presidenta,
indignada por el riesgo que su fusible ladero estuviera cayendo por el tobogán
de una fuerza judicial irrefrenable, hizo renunciar al prestigioso abogado e
ícono del peronismo histórico, el Procurador General de la Nación, Dr. Esteban
Righi, jefe de los fiscales, por no haber impedido la maniobra. De nada
valieron los antecedentes históricos ni las eficientes defensas que el estudio
de Righi hizo del finado Kirchner en persona o del inefable Guillermo Moreno. Y
no sólo se lo obligó a renunciar sino que el vicepresidente, con la venia de la
Presidenta claro, no tuvo ningún empacho en ensuciar la figura de Righi y de
sus familiares, integrantes del estudio que llevan adelante desde hace años,
acusándolos de ejercer tráfico de influencias. Inmediatamente, la Presidenta
ubicó como candidato a reemplazarlo al titular de la SIGEN, hombre del riñón de
Boudou, obediente soldado del kirchnerismo pero sin antecedentes académicos ni
de gestión en el alto e independiente puesto que supone la titularidad de la Procuración
General de la Nación. Pero como si eso no bastara, y decididos a terminar de
una vez con la “corporaciones mediática y judicial”, se encuentra en marcha a
la manera de un desembarco de la infantería, un pedido oficialista de
destitución del fiscal Rímolo y del Juez Rafecas, ambos prestigiosos
profesionales del Derecho de indiscutibles méritos, mientras la flota de la
Armada (el periodismo servil) bombardea día y noche a quienes pretenden practicar
el ejercicio de la justicia, sólo que, gran pecado, contra el poder, que todo
lo tiene y todo lo quiere.
Los ciudadanos comunes miramos azorados
cómo se entorpece descarada e irresponsablemente la dinámica de las
instituciones, y constatamos una vez más que la mafia existe en la Argentina y está
enquistada en los más altos puestos de la conducción política.
martes, 10 de abril de 2012
Milagros y mala praxis.
Desde la mañana sonó en
Buenos Aires la noticia que el martes pasado, en el Hospital Perrando, el más
grande y calificado del Chaco, se había dado por muerta una recién nacida que
resultó estar viva y sana. La madre, con una gesta de seis meses había dado a
luz una niña presumiblemente nacida muerta y llevada a la morgue de la institución sin que el equipo de obstetras y neonatólogos intervinientes accedieran a la solicitud de sus padres para verla. Encerrada dentro de un pequeño ataúd y en una heladera, la niña
estuvo doce horas hasta que su padre, aceptando la insistencia de su esposa,
desclavó la tapa del ataúd, constatando que la beba estaba viva y saludable
aunque con escarcha sobre su cuerpito. Por la tarde, escuché el relato de un
periodista de TN que desde el Chaco pormenorizaba los detalles del caso
subrayando “…si esto no es un milagro…¿qué es?...”
El Chaco es una provincia conocida y
destacada, entre otras cosas por el alto nivel de pobreza de la mayoría de sus
habitantes, por la vergonzosa segregación de la población indígena, y,
fundamentalmente por estar gobernada por un joven extremadamente ambicioso, con
sueños presidenciales y simpatías cultivadas y correspondidas con los Kirchner.
Es archiconocido que en Argentina no es necesario ser conductor de un estado
ejemplar ni ostentar una moral inmaculada para alcanzar los mayores honores en
el protagonismo político. De hecho esas son las cualidades que históricamente menos
han calificado para tales fines.
Pero el director del Hospital Perrando
subrayó que el personal de la institución que dirige es altamente calificado y
el subsecretario de Salud de la provincia calificó el hecho como “desgraciado”.
Es proverbial el mecanismo inédito del
funcionamieno de la inteligencia en los argentinos, y quizás esto explique
nuestro fatal destino. Nadie puede dudar a esta altura que el nivel médico de los
profesionales que atendieron a la beba en cuestión no es, en modo alguno,
sobresaliente. Que por este hecho el Hospital Perrando no puede desde ahora y
por mucho tiempo considerarse una institución de salud destacada. Que el hecho
acontecido no fue, en absoluto desgraciado. Y, finalmente, para contestarle al
agudo periodista de TN que debiera cuidar mucho más sus observaciones públicas,
no fue éste un milagro sino una vergüenza. En síntesis, a la beba recién nacida
nadie del equipo que la atendió fue capaz de detectarle los signos vitales. Que
el personal que trató con sus padres careció del menor tacto al prohibirles ver
el presunto cadáver. Que la Secretaría de Salud del Chaco y la Dirección del
Hospital Perrando deberían seleccionar y actualizar a su personal con mayor
ahínco.
Queda aún una única esperanza: que los
médicos intervinientes, el Director del Hospital y la Secretaría de Salud del Chaco
reciban todo el peso de la ley por mala praxis y abandono de persona. Aunque dudo los alcances de una medida semejante, especialmente en los niveles de conducción más altos, porque conocemos la fortaleza de las redes de seguridad que desde Olivos se tienden a los aliados y a los amigos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)