Lo de Díaz Bancalari
fue una agresión intolerable. El diputado es una persona respetable, alejada de
los oscuros tejes y manejes de la política, de reconocida trayectoria en el
justicialismo y con múltiples medallas ganadas en el kirchnerismo. Jamás diría
algo impropio y menos aún se burlaría de verdaderos ex combatientes de nuestras
Malvinas, porque, no nos engañemos, accionaremos ahora judicialmente contra los
agresores de tan recto legislador para averiguar primero quiénes son en
realidad, quién o quiénes los habían enviado esa noche a armar disturbios a la
salida del irrefutable discurso donde la Presidenta puso en jaque a los ingleses
anunciando la denuncia ante la OEA y las Naciones Unidas por militarizar el
Atlántico Sur, ya van a ver como el mundo nos da su apoyo y en menos de un año
tenemos a los ingleses con el copete bien bajito, sentados frente a nosotros
discutiendo el tema de la soberanía, y durante un gobierno kirchnerista, en
este o en el que le siga, o en el del 2019 van a ver como sobre el cielo de las
islas flamea de vuelta la bandera argentina. Nunca, nunca nuestra cancillería
estuvo más firme y decidida a hacer valer nuestros derechos aunque
pseudointelectuales de bigotitos que se las dan de grandes novelistas, cipayos
pagados por los intereses de siempre que están contra los gobiernos populares,
hasta cuestionen la legitimidad de nuestros derechos. Habrase visto cuan rodeados de enemigos en nuestra propia tierra
estamos. Los que ya conocemos están divulgando que nuestras acciones legales
caerán en saco roto porque Inglaterra forma parte de la Comisión Permanente de
las Naciones Unidas con derecho a veto y automáticamente hundirá nuestra
presentación como lo hizo la hija de puta de Thatcher con el Belgrano. Bien
castigada por Dios está ahora con esa demencia que se le vino encima por
malparida. Ya está Timerman en Estados Unidos, que ya llama a las islas “Malvinas”,
seduciendo a los yanquis para que nos apoyen en nuestro reclamo, y seguro que
nos ayudarán en esta después que Cristina tuvo tan descollante papel en la reunión
pasada donde fue aclamada por los más importantes mandatarios del primer mundo.
No, no se vengan que durante la guerra los yanquis apoyaron a Inglaterra. No es
que son aliados. Es que entonces el gobierno argentino era una dictadura
militar contra el que Estados Unidos, por su tradición democrática debía estar
enfrentado. Ahora, con un gobierno legitimado por el 54% de la población, lo
que causó la admiración pública de Obama, no puede ocurrir lo mismo. Y estos
atorrantes vienen a agredir a uno de nuestros más prestigiosos legisladores. Y
como si esto fuera poco, los activistas infiltrados en Famatina y Catamarca
están meta bloquear rutas para impedir el paso de los camiones hacia las minas,
con el cuento ese que la megaminería envenena todo y pone en peligro a las
poblaciones con la contaminación del cianuro y el consumo del agua.
Terroristas, eso es lo que son, y nos van a obligar a emplear de una vez la ley
antiterrorista que menos mal que nos apuramos en aprobar. Son los medios que
calientan la cabeza a la gente y les hace creer que hay de por medio negociados
en los que nosotros, nada menos que nosotros saldríamos personalmente
favorecidos, como si nos faltara plata como para coimear también en esto que
está en el ojo de la tormenta. Son todos terroristas. ¿Las mujeres? ¿Los chicos?
Bueno, ¿para que se pusieron delante de la infantería cuando estaba despejando
la ruta para que pasen los camiones de la compañía? Debían haberse quedado en
sus casas haciendo la comida, y los chicos los deberes. Bueno, no es época de
deberes, claro que sé. Bueno, jugando los chicos. Pero además, no nos
engañemos, hay mujeres en edad de ser madres de chicos chicos como esos que
mostraban las cámaras que están en partidos de izquierda y exponen su
integridad para perjudicarnos. ¿Vieron que las mujeres se ponían adelante para
hacerse las víctimas? Necesariamente la policía las derribaba por la diferencia
de fuerza física. Ahora, qué curioso ¿no?, los medios estaban ahí para filmar
todo eso y pasarlo en TN. Es clara la maniobra. Mientras tanto, nuestros
minerales de las provincias del interior, en vez de dar riquezas para el tesoro
nacional, siguen quedando sepultados como hace miles de años, privándonos de engrosar
las arcas resentidas por las políticas de ajuste de Europa que no saben manejar
la economía y que para colmo acepta las teorías del FMI con el que nosotros
tenemos experiencia de sobra. Que nos vengan ahora a enseñar a manejar la
economía. Y argumentan que regalamos nuestras riquezas minerales a las compañías extranjeras, como si no estuviera claro, en estos días más claramente que nunca, que defendemos las islas con todo nuestro más intenso patriotismo. Hasta nos acusan de emplear nuestra causa, la causa de todos los argentinos de bien, como pantalla. Se quejan de que la ministra Garré no haya salido a hablar
mal de la policía. Como si nunca lo hubiera hecho, en la provincia de Buenos
Aires, por ejemplo, para demostrar que la bonaerense hace con Scioli lo que
quiere. Claro, ahí dijeron que era porque Garré quería descabezar a Scioli a
favor de Mariotto. Nunca se conforman. Siempre le buscan la quinta pata al
gato. Ahora la critican porque no dijo nada. Pero, ¿cómo no dijo nada? ¿No
oyeron sus críticas a Crónica por haber mostrado las fotos de la modelo De
Grazia recién muerta y toda desnuda? ¿No es que decían que Crónica era
kirchnerista? Si lo hubiera sido, ¿Garré hubiera hablado mal de esa nota? Lo
que no saben los eternos enemigos de la Patria es que los argentinos, o la
mayoría digamos, no nos chupamos más el dedo, y ya no nos venden nada. Se
quejan que ningún funcionario se haya quejado de la “represión” policial. ¿Aníbal
Fernández no dijo que “todos saben qué pienso de la represión”? Si, ¿no saben
qué piensa él de la represión? ¡Cómo que no! ¡Vamos! Lo dijo mil veces. Yo no
lo voy a repetir.
Todos los días debemos salir a aclarar algo
nuevo, aunque en realidad, se trata siempre de lo mismo. Siempre la mentira y
la mentira. Esa manía de dar todo vuelta. Las cosas son como son y vienen ellos
y la dan vuelta para confundir. Transforman lo blanco en negro, todos los días,
como si estuviera preparado. Como si hubiera una usina de transformación de la
realidad en una fantasía que lave las cabezas de la gente para que piensen
torcido. ¿Quién puede dudar, al menos por una segundo, que quienes fuimos
elegidos para decidir los destinos de los 40 millones de argentinos fuimos
nosotros y, que en consecuencia, somos quienes estamos en las mejores condiciones
de entender lo que verdaderamente sucede y administrar los cambios imprescindibles
para el bien de la Patria? ¿Quién? ¿Quién, a ver, puede ponerlo en duda?