viernes, 10 de febrero de 2012

La usina


Lo de Díaz Bancalari fue una agresión intolerable. El diputado es una persona respetable, alejada de los oscuros tejes y manejes de la política, de reconocida trayectoria en el justicialismo y con múltiples medallas ganadas en el kirchnerismo. Jamás diría algo impropio y menos aún se burlaría de verdaderos ex combatientes de nuestras Malvinas, porque, no nos engañemos, accionaremos ahora judicialmente contra los agresores de tan recto legislador para averiguar primero quiénes son en realidad, quién o quiénes los habían enviado esa noche a armar disturbios a la salida del irrefutable discurso donde la Presidenta puso en jaque a los ingleses anunciando la denuncia ante la OEA y las Naciones Unidas por militarizar el Atlántico Sur, ya van a ver como el mundo nos da su apoyo y en menos de un año tenemos a los ingleses con el copete bien bajito, sentados frente a nosotros discutiendo el tema de la soberanía, y durante un gobierno kirchnerista, en este o en el que le siga, o en el del 2019 van a ver como sobre el cielo de las islas flamea de vuelta la bandera argentina. Nunca, nunca nuestra cancillería estuvo más firme y decidida a hacer valer nuestros derechos aunque pseudointelectuales de bigotitos que se las dan de grandes novelistas, cipayos pagados por los intereses de siempre que están contra los gobiernos populares, hasta cuestionen la legitimidad de nuestros derechos. Habrase visto cuan  rodeados de enemigos en nuestra propia tierra estamos. Los que ya conocemos están divulgando que nuestras acciones legales caerán en saco roto porque Inglaterra forma parte de la Comisión Permanente de las Naciones Unidas con derecho a veto y automáticamente hundirá nuestra presentación como lo hizo la hija de puta de Thatcher con el Belgrano. Bien castigada por Dios está ahora con esa demencia que se le vino encima por malparida. Ya está Timerman en Estados Unidos, que ya llama a las islas “Malvinas”, seduciendo a los yanquis para que nos apoyen en nuestro reclamo, y seguro que nos ayudarán en esta después que Cristina tuvo tan descollante papel en la reunión pasada donde fue aclamada por los más importantes mandatarios del primer mundo. No, no se vengan que durante la guerra los yanquis apoyaron a Inglaterra. No es que son aliados. Es que entonces el gobierno argentino era una dictadura militar contra el que Estados Unidos, por su tradición democrática debía estar enfrentado. Ahora, con un gobierno legitimado por el 54% de la población, lo que causó la admiración pública de Obama, no puede ocurrir lo mismo. Y estos atorrantes vienen a agredir a uno de nuestros más prestigiosos legisladores. Y como si esto fuera poco, los activistas infiltrados en Famatina y Catamarca están meta bloquear rutas para impedir el paso de los camiones hacia las minas, con el cuento ese que la megaminería envenena todo y pone en peligro a las poblaciones con la contaminación del cianuro y el consumo del agua. Terroristas, eso es lo que son, y nos van a obligar a emplear de una vez la ley antiterrorista que menos mal que nos apuramos en aprobar. Son los medios que calientan la cabeza a la gente y les hace creer que hay de por medio negociados en los que nosotros, nada menos que nosotros saldríamos personalmente favorecidos, como si nos faltara plata como para coimear también en esto que está en el ojo de la tormenta. Son todos terroristas. ¿Las mujeres? ¿Los chicos? Bueno, ¿para que se pusieron delante de la infantería cuando estaba despejando la ruta para que pasen los camiones de la compañía? Debían haberse quedado en sus casas haciendo la comida, y los chicos los deberes. Bueno, no es época de deberes, claro que sé. Bueno, jugando los chicos. Pero además, no nos engañemos, hay mujeres en edad de ser madres de chicos chicos como esos que mostraban las cámaras que están en partidos de izquierda y exponen su integridad para perjudicarnos. ¿Vieron que las mujeres se ponían adelante para hacerse las víctimas? Necesariamente la policía las derribaba por la diferencia de fuerza física. Ahora, qué curioso ¿no?, los medios estaban ahí para filmar todo eso y pasarlo en TN. Es clara la maniobra. Mientras tanto, nuestros minerales de las provincias del interior, en vez de dar riquezas para el tesoro nacional, siguen quedando sepultados como hace miles de años, privándonos de engrosar las arcas resentidas por las políticas de ajuste de Europa que no saben manejar la economía y que para colmo acepta las teorías del FMI con el que nosotros tenemos experiencia de sobra. Que nos vengan ahora a enseñar a manejar la economía. Y argumentan que regalamos nuestras riquezas minerales a las compañías extranjeras, como si no estuviera claro, en estos días más claramente que nunca, que defendemos las islas con todo nuestro más intenso patriotismo. Hasta nos acusan de emplear nuestra causa, la causa de todos los argentinos de bien, como pantalla. Se quejan de que la ministra Garré no haya salido a hablar mal de la policía. Como si nunca lo hubiera hecho, en la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, para demostrar que la bonaerense hace con Scioli lo que quiere. Claro, ahí dijeron que era porque Garré quería descabezar a Scioli a favor de Mariotto. Nunca se conforman. Siempre le buscan la quinta pata al gato. Ahora la critican porque no dijo nada. Pero, ¿cómo no dijo nada? ¿No oyeron sus críticas a Crónica por haber mostrado las fotos de la modelo De Grazia recién muerta y toda desnuda? ¿No es que decían que Crónica era kirchnerista? Si lo hubiera sido, ¿Garré hubiera hablado mal de esa nota? Lo que no saben los eternos enemigos de la Patria es que los argentinos, o la mayoría digamos, no nos chupamos más el dedo, y ya no nos venden nada. Se quejan que ningún funcionario se haya quejado de la “represión” policial. ¿Aníbal Fernández no dijo que “todos saben qué pienso de la represión”? Si, ¿no saben qué piensa él de la represión? ¡Cómo que no! ¡Vamos! Lo dijo mil veces. Yo no lo voy a repetir.
    Todos los días debemos salir a aclarar algo nuevo, aunque en realidad, se trata siempre de lo mismo. Siempre la mentira y la mentira. Esa manía de dar todo vuelta. Las cosas son como son y vienen ellos y la dan vuelta para confundir. Transforman lo blanco en negro, todos los días, como si estuviera preparado. Como si hubiera una usina de transformación de la realidad en una fantasía que lave las cabezas de la gente para que piensen torcido. ¿Quién puede dudar, al menos por una segundo, que quienes fuimos elegidos para decidir los destinos de los 40 millones de argentinos fuimos nosotros y, que en consecuencia, somos quienes estamos en las mejores condiciones de entender lo que verdaderamente sucede y administrar los cambios imprescindibles para el bien de la Patria? ¿Quién? ¿Quién, a ver, puede ponerlo en duda?

miércoles, 8 de febrero de 2012

Touch and go o el hartazgo por la manipulación


Ayer, 7 de febrero la Presidenta citó a la reunión tan esperada que según versiones trataría sobre novedades sobre el caso Malvinas, con presuntas respuestas a las declaraciones de David Cameron,  y anuncios de denuncia ante organismos internacionales de militarización del atlántico sur y de probable prohibición del uso del espacio aéreo para los vuelos desde Chile hacia a las islas. Con la naturaleza aglutinante del tema, el gobierno aprovechó para la convocatoria de un arco más amplio que el habitual, y extendió las invitaciones a ex combatientes, políticos de la oposición que quedaron descolocados por la sorpresa y el temor bien fundado de quedar pegados a la estrategia oficial, y representantes gremiales, entre los que se destacaba Moyano, titular de la CGT, convenientemente silbado por La Cámpora durante su presentación por la relatora del acto. Se observaron las mismas caras y las mismas actitudes que en funciones previas de la Presidenta, como las sonrisas y los besos mafiosos, los trasplantes capilares con batidos esmerados, y las miradas pendientes a las cámaras de los funcionarios y los gobernadores. Sorprendió el papel secundario, la ubicación más bien retrasada del canciller Timerman que se suponía en un papel más activo en la cuestión que suscitaba el encuentro, pero no son estas horas de suspicacias frente a la importancia histórica del acontecimiento. La llegada de la Señora no fue, como en otras ocasiones, la salida en escena de la primera actriz tan esperada. Casi apareció de improviso, con paso lento, sonrió con esfuerzo y se sentó rápidamente, mostrando su rostro demacrado, arrugas antes no observadas y una mirada triste, evidencias de las características climáticas rigurosas del verano que vivimos o quizás de una depresión que asoma de tanto en tanto por mil motivos potenciales. Fue curiosa la toma de la muchachada treintañera con aspecto universitario y de forzosa pertenencia a La Cámpora enardecida victoreando a la Presidenta y su gesta contra los ingleses usurpadores y gritando de tanto en tanto que quien no saltaba era un inglés, despertando la sonrisa indulgente de la Presidenta que los miraba como a niños traviesos. Durante el acto se comentó la apertura de los archivos del informe de posguerra del General Rattenbach, cuyo hijo ya senil e inexpresivo se encontraba a la derecha de la primera mandataria. Si alguna novedad se dijo durante el acto, es que, según la señora Cristina que había mantenido una reunión con ex jefes militares de aquella época, “la dictadura no tenía intenciones de repoblar las islas sino simplemente de colocar una bandera y volverse, en un touch and go (sic) enunciado por la Presidenta con un fuerte acento latino. Pero que las presiones de los medios (que también suelen ser útiles a los militares de dictaduras), torcieron el objetivo de la Junta y la estimularon a una estadía prolongada”. Otro dato de interés fue el anuncio de la creación de un Hospital de Salud Mental para los ex combatientes de Malvinas en el que había sido el Instituto Geográfico Militar en el sur del país. Y fue fuerte, pero poco convincente, la ratificación de su falta de apoyo a la iniciativa de la Junta militar de 1982, más aún cuando es de público conocimiento que Néstor Kirchner estuvo en actos públicos en Santa Cruz apoyando a las autoridades militares que desde allí arengaban a las tropas que iban a combatir a las islas. Un dato sobresaliente, fue que durante el acto se observó a un conjunto de hombres de mediana edad de civil o con ropas típicas de los combatientes de Malvinas que desalojaron repentinamente el salón sin que nadie aclarara lo que sucedía, pero que personalmente, me hizo recordar al retiro de montoneros de la Plaza de Mayo durante el discurso memorable de Perón en el que los trató de imberbes.
    El acto terminó insensiblemente, quizá antes de lo esperado y con la sensación que no se había dicho todo lo necesario ni con la convicción esperada. Y la Presidenta dejó el recinto sonriente alejándose a paso firme y con la mirada triste, quizá convencida de la falta de fuerza de su discurso, por el largo pasillo de la Casa Rosada.
    Lo que faltaba ocurrir pone el broche a lo ocurrido previamente. El diputado kirchnerista Díaz Bancalari de impecable saco y corbata salió de la casa de gobierno y comenzó a dar declaraciones a los periodistas cuando fue rodeado de ex combatientes que empezaron a refutar sus dichos en voz alta. El diputado dijo en voz clara que esos tipos estaban puestos para boicotear el acto de la presidenta, acrecentando el malestar de quienes lo rodeaban. Cuando dijo que era lamentable que esos ex combatientes no estuvieran con la diplomacia pacífica que proponía la Presidenta estallaron y lo atacaron físicamente. Un hombre exaltado le gritó que a su lado habían muerto trescientos hombres en el crucero General Belgrano y que él no tenía derecho a menospreciarlos. En plena retirada, el diputado se mofó delante de las cámaras, y según uno de sus atacantes, hizo un gesto obsceno que hizo desbordar a otro grupo que lo atacó con trompadas y patadas obligándolo a meterse prestamente en un auto antes que lo lesionaran seriamente. Los atacantes declararon que habían sentido traicionados y engañados una vez más. Que ni se les había permitido el ingreso al salón de actos a pesar de los asientos para ellos reservados porque los mismos fueron destinados a La Cámpora, y que se había mentido a la población por anunciar una obra (el Hospital de Salud Mental), que ya estaría funcionando en Quilmes.
    La violencia y la agresión física son manifestaciones absolutamente indeseables y pasibles de la más enérgica censura. Es cierto también que el hartazgo, la manipulación y la mentira terminan con la paciencia de quienes lo padecen. Valgan estas observaciones para quienes hacen de las mentiras y las manipulaciones instrumentos de uso rutinario para satisfacción de sus fines, y que olvidan que interaccionan con personas de carne y hueso que sufren por su historia y su presente y un día dado no entienden de respuestas civilizadas.

jueves, 2 de febrero de 2012

Olor a mierda




Se ha hecho público mediante propaganda callejera la alianza de Gabriel Mariotto (vice gobernador de la provincia de Buenos Aires y serruchador oficial de piso del gobernador Scioli contratado por la Señora Presidenta), y Darío Díaz Pérez, intendente de la populosa ciudad de Lanús del primer cordón del conurbano bonaerense. Suele decirse que Lanús es “la cuna del peronismo” por el antecedente de ser obreros que trabajaban en las fábricas ya desaparecidas de esa zona los que engrosaron las filas de los descamisados que protagonizaron el 17 de octubre de 1945. Díaz Pérez sucedió al legendario caudillo Manuel Quindimil, que comandó la región sureña durante años, fiel seguidor de cuanto gobierno peronista se alzara con el poder y por supuesto estrecho colaborador de los Kirchner en su tarea expansionista pero impresentable para los nuevos tiempos que se avecinaban.  Los argumentos que utilizó Díaz Pérez para enfrentar al viejo patrón de estancia en ocasión de las elecciones de 2007 en las que resultó victorioso por el Frente para la Victoria fueron que el estado lamentable de las calles de la ciudad, la frecuencia de las inundaciones tras cada lluvia moderada, y la falta alarmante de sistemas cloacales eran inconcebibles en esta época, y que estaba dispuesto a revertirlos de una vez por todas. Díaz Pérez fue uno de los interlocutores más asiduos del gobierno nacional en los últimos años, y precisamente fue en su municipio, que Cristina Kirchner inició su segunda etapa de gobierno con la inauguración de una unidad sanitaria, en un gesto comprendido más exactamente en estos días. Díaz Pérez sonaba desde hace tiempo como firme aliado de La Cámpora, y parece ser que las elucubraciones políticas de este personaje llenan la mayor parte de su valioso tiempo que, en realidad, debiera estar ocupado con los avatares de la ejecución de los planes de obra pendientes desde que asumió su cargo. El negocio fabuloso de la construcción de edificios nuevos en el centro de la ciudad ha alcanzado una intensidad inédita,  con las consecuencias de la sobrecarga de una red cloacal insuficiente en volumen de desagote y en extensión, dado que no llega a más de ocho cuadras a la redonda  del centro de la ciudad. Algunas calles han sido asfaltadas durante la administración de Díaz Pérez (y ya están nuevamente rotas) pero con el extendido de la capa asfáltica hasta cincuenta centímetros del cordón dejando las alcantarillas en el mismo pésimo estado que estuvieron siempre, sin la profundidad y el desnivel necesarios para el drenaje adecuado, por lo que las calles siguen inundándose tras las lluvias de intensidad moderada. A todo esto se suma el hecho que muchos vecinos, por el anegamiento de sus pozos ciegos dado la altura de la primera napa (a un metro del suelo), desagotan sus inodoros directamente a la alcantarilla (ver foto actual supra correspondiente a la calle Sitio de Montevideo al 2000), proporcionando un lamentable espectáculo, apestando con olor desagradable barrios que están a menos de diez cuadras del centro, y exponiendo a la población a la contaminación con flora entérica patógena.
   Es indudable que las promesas y las inauguraciones son estimulantes para los ciudadanos de un país, más aún si están auspiciadas por la Presidenta, pero para quienes tienen que vivir y transitar por las calles de Lanús es innegable que la alegría que genera en algunos la publicidad de la alianza entre Mariotto y Díaz Pérez no puede ocultar que en el municipio sureño haya olor a mierda.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Como agua entre los dedos.


Parece que se hubieran puesto de acuerdo. La mediocridad de David Cameron le viene al gobierno nacional como anillo al dedo. Enviar a Malvinas el poderoso destructor de última generación HMS Dauntless, en un franco pavoneo típico de la piratería británica, no hace más que favorecer el papel de Cristina Kirchner que obliga hasta a sus opositores más acérrimos a coincidir con ella al menos en un tema. Peligros potenciales aunque ficticios, aún los estimulados por una desacertada política exterior que exige el diálogo con Inglaterra pero a la que enfrenta con un agresivo plan de aglutinación de presuntos aliados, son los que animan a muchos voceros a clamar por una Cristina eterna, dándose de narices no sólo en el campo de la ridiculez que supone el sometimiento, sino la que exterioriza la falta de madurez personal que anhela el imposible que algo o alguien amado perdure por siempre. Y aún desnuda la ausencia del elemental empirismo político que enseña claramente que el poder fatalmente se gasta, se consume como el oxígeno del aire y se pierde como el agua entre los dedos. Para muestra basta un botón, aunque hay varios. El tema de Famatina, con la explotación a cielo abierto con uso de cianuro que contamina las napas y consume enormes volúmenes de agua que son más necesarios para las poblaciones, los animales y la agricultura de La Rioja que para el beneficio pecuniario de compañías extranjeras (Osisko, Canadá) y sus facilitadores locales (gobierno nacional y provincial a través de EMSE, Energía y Minerales Sociedad del Estado), pone al gobierno, y específicamente a Cristina Kirchner que se ha mostrado partícipe del proyecto original fotografiada en el exterior con los responsables de la compañía explotadora, frente a la resistencia fáctica de los pobladores de Chilecito y Famatina y la opinión crítica de todo el país. Más de diez mil personas marcharon, el 27 de enero pasado, para manifestar su descontento, hasta la casa de gobierno de La Rioja, sede del gobernador Beder Herrera, quien el 23 de enero había reconocido públicamente el apoyo de la Presidenta. En los diarios de hoy, se anuncia que la misma empresa extranjera no avanzará en el proyecto si no hay apoyo de la sociedad, y hay señales del gobierno que intentan enfriar el conflicto. El 30 de enero el gobernador riojano ridículamente negó la relación del gobierno nacional con el tema, la empresa ya habla de tareas de exploración y no de explotación, y Juan José Mussi, ex mandamás de Berazategui, ascendido a Secretario de Medio Ambiente de la Nación, después de subrayar hace diez días que “la minería no es un demonio”, ahora guardó silencio por directivas precisas de arriba, de los que temen que diez mil almas sienten algún precedente de desacuerdo con la visión oficial frente a algunas casas de gobierno del país. Como si este conflicto no bastara, eclosionó al fin la guerra larvada de los camioneros contra el gobierno, que independientemente de los detalles del contrato vencido de una empresa de correos privada que deja en la calle a doscientos empleados, desata abiertamente la resistencia de los Moyano, a través de medidas de presión directas con la especialidad que los caracteriza, ejercitados durante mucho tiempo en beneficio de los propios Kirchner, los bloqueos de rutas y calles, ahora contra Cristina y sus ministros, en este caso, el antiguo interlocutor De Vido,  devaluado frente a la embestida de Moreno. La Cámpora y Cristina pretenden destronar a Hugo Moyano, al frente de la CGT hasta mediados de este año, pero desconocen que nadie, ni aún los trenceros de siempre que pactaron con Menem y que agradecen orgullosos la promesas de reposicionamiento con que el gobierno endulza sus oídos, estarían dispuestos a reemplazar a Moyano en la CGT con ese poderoso gremio (engordado por el kirchnerismo) enfrente. Los problemas de caja, por otra parte, tema de especial interés para los Kirchner, se puso en evidencia apenas producida la asunción del segundo gobierno de Cristina con la medida de eliminación de los subsidios de los servicios y los transportes, y con el traspaso de los trenes subterráneos al área del gobierno de la ciudad.  Se aguardan para marzo la efectivización de los aumentos de 200-300% de los servicios y ya están calculados los incrementos de los sistemas privados de salud, de las cocheras, de las expensas de los edificios de departamentos y de transportes, y hasta el de las entradas para el fútbol que aumentarán 25%. A todo esto, el gobierno no acepta un incremento de salarios superior al 18% cuando las tasas reales de inflación (no las promocionadas por el INDEC de Moreno) doblan esa cifra. Y hoy, como tiro de gracia, la ministra Garré dispuso la separación de la Policía Federal del control del Subte sin consensuar con el Gobierno de la Ciudad el reemplazo por la Metropolitana incapaz de asumir ya ese compromiso, dejando expuesta a la población a la delincuencia creciente en la ciudad, en una franca demostración de preeminencia de las necesidades de caja y conveniencias políticas en detrimento de la calidad de vida de los habitantes. La balanza comercial está hoy en el centro de las preocupaciones del gobierno, quien hasta hace pocos meses aseguraba que el país estaba blindado frente a las contingencias internacionales, cuando la Presidenta pretendía enseñarle a los mandatarios de otros países cómo debía manejarse la economía. La defensa de cada dólar es un tema de estado, y para ese problema, la Señora Cristina ha concluido en la necesidad de un superministro como Moreno capaz de controlar lo incontrolable, poniéndolo al frente de una oficina de importación que ahoga la industria nacional necesitada de insumos importados para asegurar la producción y la  ocupación del sector ahora seriamente amenazado.
    Cuando charlatanes y obsecuentes piden la eternidad de mandatarios que llenos de soberbia sentencian con inédita firmeza en vez de dudar y compartir a través del diálogo y la negociación, debieran recordar que el poder, aún el otorgado por las multitudes que también se equivocan, se gasta, se consume, y se escurre con el tiempo como el agua entre los dedos.