¡Que lástima que uno
sea un ignorante! No saber sobre algo aleja la posibilidad de interpretar la
realidad, de desbrozar las sutiles tramas de lo que ocurre y de confundir las
cosas. Esta mañana, entre las cotidianas noticias de violencia y muerte, producto
de la inseguridad endémica que sufrimos día a día en este bendito país, se
conoció la historia del asesinato
perpretado por una mujer de Ranelagh a un ladrón que después de sustraerle
diversos bienes y amenazarla a ella y a
su hijo con un cuchillo, en el momento de abandonar la casa fue muerto por un
disparo de arma de fuego en la cabeza. Se subrayaba que por tal hecho la mujer estaba
demorada en la comisaría. Uno tiende a pensar que la sucesión de hechos es
razonable según lo indica la experiencia rutinaria de vivir en un país como
Argentina donde los procedimientos policiales tras hechos de violencia son
harto conocidos gracias a los noticieros y a que muchos de nosotros solemos ver
diariamente por TV los capítulos de “La ley y el orden”. Sin embargo, quien
desconoce las infinitas sutilezas del ejercicio de la justicia no puede
equiparar las situaciones y corre el riesgo de malinterpretar conductas
judiciales que parecieran erróneamente aplicarse a situaciones similares. Por
ejemplo, en la madrugada del 1 de enero próximo pasado, el gobernador de Río
Negro fue muerto de un tiro en la cabeza dentro del dormitorio de su chacra
aislado con rejas del resto de la propiedad por el disparo de un revólver 38
corto propiedad del funcionario pero no accionado por éste según pruebas
incontrovertibles de los peritos que no encontraron señales de pólvora en las
manos del muerto pero sí en las de la esposa, Susana Freydos, única acompañante
de la víctima en el momento del disparo. Trascendió que la pareja tenía una
relación tormentosa y que la esposa presentaba al examen médico forense del día
del crimen señales de contusiones en su cuerpo, probablemente producto de una
pelea. Era conocido el carácter impulsivo del ex gobernador y su amor por las
armas como lo indica su pasado por la SIDE de Duhalde. Y también la
irascibilidad de su esposa que consumía habitualmente ansiolíticos. Al día
siguiente del crimen, dos de los más promiscuos representantes del gobierno
nacional Juan Manuel Abal Medina y Florencio Randazzo, junto a los dos hijos
del gobernador muerto, asistieron a la asunción del vicegobernador Weretilneck
con el fondo de la marcha peronista entonada repetidamente. Lo curioso, lo más
curioso de todo, es que la señora Freydos permanece hasta hoy en su domicilio
afectada de una profunda crisis nerviosa y que el señor Juez de la causa
aseguró que procederá a interrogarla el 16 del corriente mes, cuando se
tranquilice. Asimismo, cuestionado por una periodista de una radio de Buenos
Aires sobre la conveniencia de dejar libre a una mujer probablemente culpable
de un homicidio, el magistrado subrayó que él no detenía a los sospechosos para investigar sino que
investigaba para detener, según un enfoque inédito por cuyas virtudes miles y
miles de presos en espera de condena durante años en las cárceles argentinas
querrían interiorizarse.
¡Que suerte que haya funcionarios tan
probos que con la claridad de sus pensamientos empiezan a abrir los surcos de
una Patria grande que asegura justicia igualitaria para todos y que sabe
distinguir claramente las sutilezas que nosotros, simples ciudadanos,
confundimos por nuestra ignorancia!
No hay comentarios:
Publicar un comentario