viernes, 6 de enero de 2012

Justicia igualitaria.


¡Que lástima que uno sea un ignorante! No saber sobre algo aleja la posibilidad de interpretar la realidad, de desbrozar las sutiles tramas de lo que ocurre y de confundir las cosas. Esta mañana, entre las cotidianas noticias de violencia y muerte, producto de la inseguridad endémica que sufrimos día a día en este bendito país, se conoció la historia del  asesinato perpretado por una mujer de Ranelagh a un ladrón que después de sustraerle diversos bienes y  amenazarla a ella y a su hijo con un cuchillo, en el momento de abandonar la casa fue muerto por un disparo de arma de fuego en la cabeza.   Se subrayaba que por tal hecho la mujer estaba demorada en la comisaría. Uno tiende a pensar que la sucesión de hechos es razonable según lo indica la experiencia rutinaria de vivir en un país como Argentina donde los procedimientos policiales tras hechos de violencia son harto conocidos gracias a los noticieros y a que muchos de nosotros solemos ver diariamente por TV los capítulos de “La ley y el orden”. Sin embargo, quien desconoce las infinitas sutilezas del ejercicio de la justicia no puede equiparar las situaciones y corre el riesgo de malinterpretar conductas judiciales que parecieran erróneamente aplicarse a situaciones similares. Por ejemplo, en la madrugada del 1 de enero próximo pasado, el gobernador de Río Negro fue muerto de un tiro en la cabeza dentro del dormitorio de su chacra aislado con rejas del resto de la propiedad por el disparo de un revólver 38 corto propiedad del funcionario pero no accionado por éste según pruebas incontrovertibles de los peritos que no encontraron señales de pólvora en las manos del muerto pero sí en las de la esposa, Susana Freydos, única acompañante de la víctima en el momento del disparo. Trascendió que la pareja tenía una relación tormentosa y que la esposa presentaba al examen médico forense del día del crimen señales de contusiones en su cuerpo, probablemente producto de una pelea. Era conocido el carácter impulsivo del ex gobernador y su amor por las armas como lo indica su pasado por la SIDE de Duhalde. Y también la irascibilidad de su esposa que consumía habitualmente ansiolíticos. Al día siguiente del crimen, dos de los más promiscuos representantes del gobierno nacional Juan Manuel Abal Medina y Florencio Randazzo, junto a los dos hijos del gobernador muerto, asistieron a la asunción del vicegobernador Weretilneck con el fondo de la marcha peronista entonada repetidamente. Lo curioso, lo más curioso de todo, es que la señora Freydos permanece hasta hoy en su domicilio afectada de una profunda crisis nerviosa y que el señor Juez de la causa aseguró que procederá a interrogarla el 16 del corriente mes, cuando se tranquilice. Asimismo, cuestionado por una periodista de una radio de Buenos Aires sobre la conveniencia de dejar libre a una mujer probablemente culpable de un homicidio, el magistrado subrayó que él no detenía  a los sospechosos para investigar sino que investigaba para detener, según un enfoque inédito por cuyas virtudes miles y miles de presos en espera de condena durante años en las cárceles argentinas querrían interiorizarse.
    ¡Que suerte que haya funcionarios tan probos que con la claridad de sus pensamientos empiezan a abrir los surcos de una Patria grande que asegura justicia igualitaria para todos y que sabe distinguir claramente las sutilezas que nosotros, simples ciudadanos, confundimos por nuestra ignorancia!

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