lunes, 5 de diciembre de 2011

La Historia kirchnerista


Alrededor de doscientos historiadores, profesores universitarios e investigadores con acreditados méritos académicos suscribieron un documento que cuestiona la reciente creación del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico, y denunciaron la intención del gobierno de avanzar hacia la imposición del pensamiento único. Mario Pacho O’Donnell, nombrado Director de tal Instituto pretendió desbaratar las críticas en una publicación en La Nación del pasado domingo y en los medios radiales y televisivos, a los cuales es muy afecto. “Nada más lejos que lavar las cabezas de nuestros niños y niñas imponiéndoles una nueva Historia funcional al gobierno”, enfatizó O’Donnell, esforzándose en subrayar que no eran ciertos los juicios sobre la falta de historiadores formados del Instituto dado “que los hay y muy destacados catedráticos, algunos titulados en el extranjero” y en lo que le cabe subraya que es médico y Director del Departamento de Historia de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales, sin mencionar siquiera que es parte de una familia sobresaliente de académicos y famosos en los medios, psiquiatra, psicoanalista, que ha escrito obras literarias, biografías y panegíricos exitosos sobre hombres y mujeres de nuestra Historia, que ha conducido (y lo sigue haciendo) programas de televisión, y colaborado en obras de teatro y que ha participado primero en gobiernos radicales y luego peronistas como senador, Secretario de Estado y embajador. Al respecto, señala que “ya embanderado en este movimiento participé, como la inmensa mayoría de los peronistas, en el gobierno del doctor Carlos Menem”, aunque no menciona que como Secretario de Cultura y que escribió el prólogo del libro del ex presidente “Universos de mi tiempo” a quien califica de ”gran transformador” mostrándose impactado por la inteligencia del autor, principal responsable de la mayor destrucción del país en sus aspectos económicos, sociales y fundamentalmente culturales después de las catástrofes militares que también pretendió sepultar mediante los indultos como tiro de gracia de las leyes de obediencia debida y punto final con las que Alfonsín no había logrado calmar la ansiedad de los asesinos en retirada.
    Nadie podría cuestionar la necesidad de discutir la Historia de Mitre-Levene por las instancias académicas que correspondan en el ámbito universitario, con la participación de todas las corrientes vigentes y entre profesionales de méritos indiscutibles. Lo que resulta inconcebible es que sea la Presidente que digite cuando se le ocurra la composición de un organismo que logra generar desde  el inicio la resistencia de lo más selecto (hablando de rigor académico) del conocimiento en la materia y de la gente con sentido común que ve en esta maniobra un nuevo ejemplo de improvisación, de forzada imposición ideológica y de premio a quienes se acercan a las posiciones oficiales, condiciones que apuntan al fracaso de la empresa o a su descrédito antes de expedirse con la mínima conclusión. Otra vez el kirchnerismo se equivoca al entrometerse en uno de los temas que menos domina, el de la fuerza intelectual, que no conoce de imposiciones, de prepotencias ni de lealtades.

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